El autobús que lleva a la rabes del viña.
Tras deshacer la maleta, nos toca hincar las picas de la tienda sobre la hierba, y encender la barbacoa que nos llenará la barriga para soportar la posterior y excesiva ingesta de alcohol. Nos despertamos tarde, mal y asfixiados por el sol. Es un malestar ligero, hemos tenido suerte porque acampamos junto a la avenida…